16 de noviembre de 2012

Fracaso.

 Ilustración de Gustave Doré para “Don Quixote“ de Miguel de Cervantes.

Habitualmente escuchamos pensamientos al respecto del fracaso, algunos rayando en lo dramático y otro mas solo buscan auto compadecerse.
 
Es tan sencillo decir “ soy un fracasado”; se dice de forma tan ligera y con certeza tan plena el haber sido derrotado fuese cual fuese el objetivo por el cual se haya decidido iniciar la lucha, cuando en realidad un fracasado por mucho es una persona que se ha arriesgado y sobre todo emprendido esa dificultosa tarea de comenzar una empresa en cualquiera que sea el ámbito. Por mucho el concepto que tenemos de fracaso se encuentra mínimamente valorado, si, así como se lee, poco valorado, detrás de un fracaso, de una derrota, siempre va a estar aquella voluntad de haber emprendido el viaje, la aventura, sabemos que sin voluntad para haber encabezado aquella acción de importancia personal o colectiva no podría siquiera haber un resultado como en el caso de una derrota. 

Un derrotado, un fracaso, vencido, dominado, y una innumerable cantidad de sinónimos y adjetivos podríamos mencionar, sin embargo detrás de ello siempre existiría una persona que fuese el resultado intento obtener la mejor de las consecuencias, me quedo con el pensamiento:

“Si, fracase, porque desee algo y luche por ello aunque el resultado fue desfavorable, pero dime, alguna vez  has aspirado luchar por tus hacer realidad tus sueños, tus objetivos, sino fracasaste en tu vida es porque jamás deseaste luchar por tus proyectos”.

Garabateando un poco escribí algo respecto al pensamiento:

Excitante comienzo
proyecto emprendido
Voluntariosa expectación
en mi mente templada

Transpirando valor
Pretensión en vuelo
Anhelando descenderlo
Bosque en llamas

Cenizas me quedan
En una urna conllevo
Mi anhelo querido
Armonioso encuentro

En el suelo desecho
Sin la duda nublada
De haber emprendido
La encomienda añorada.

Saúl.

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